Apalabrados

viernes, 17 de mayo de 2013

Apuntes sobre la la Ley LOMCE



Hoy, 17 de mayo, con una semana de retraso, se ha aprobado finalmente en el Consejo de Ministros la Ley LOMCE. La también llamada “Ley Wert” es la séptima reforma educativa de la democracia. Gran parte de la comunidad educativa ha rechazado esta Ley, y el pasado jueves 9 de mayo se lo hicieron saber al Ministro Wert con una huelga educativa, la segunda en sólo un año.
Ese #9M, en la asignatura “Pragmática y Teoría de la argumentación” realizamos una “clase en la calle”. Las “clases en la calle” son iniciativas que se han llevado a cabo en muchas universidades españolas y que pretenden dar visibilidad a la educación, a lo que se realiza dentro del aula y a su importancia.



 Ese día debatimos sobre las razones y el deber (o no deber) de hacer huelga, y también sobre la propia Ley LOMCE, en la que me voy a centrar para esta entrada. He querido reunir hoy, el día que la Ley se ha aprobado (para reivindicar lo que consideramos justo nunca es tarde), una serie de argumentos, con su correspondiente topos, que entre todos los compañeros expusimos ese día acerca de esta ley, además de algunos que he añadido yo. Como veréis, todos los argumentos llevan a una misma conclusión: la Ley LOMCE no promueve la educación de calidad, y habría que buscar otra alternativa que beneficiase a la escuela pública. Como también podréis observar, casi todos los topos son no compartidos: quizá por eso las opiniones acerca de esta Ley son tan diferenciadas y el rechazo de la opinión pública tan visible.


-Hay que promover la escuela pública para que todo el mundo tenga opción a una educación de calidad.
Topos: cuantos más recursos tenga la escuela pública, más personas podrán acceder a una educación de calidad.
Topos compartido.

-La religión debe quedar fuera de la escuela pública.
Topos: cuanto más peso haya para la religión en la escuela pública, menos laica e igualitaria será ésta.
Topos no compartido.

-Separar en algunas asignaturas (Religión y su alternativa) a los alumnos en función de las creencias de sus padres promueve la desigualdad.
Topos: cuanto más se separe a los alumnos según determinadas ideologías o creencias, más desigualdades habrá.
Topos no compartido

-Al penalizar a los centros que obtengan peores calificaciones en las pruebas de evaluación se perjudicará a los centros con menos recursos y más dificultades, lo que hará entrar a estos centros en un “bucle”.
Topos: cuantos menos recursos tenga un centro, menos educación de calidad podrá impartir.
Topos compartido.

-La escuela siempre va a transmitir valores, ya sea con una asignatura específica (Educación para la ciudadanía) o de manera transversal: nuestro único deber es no transmitirlos de manera tendenciosa.
Topos: cuanto más tendenciosamente se transmitan los valores, menos calidad habrá en la educación.
Topos no compartido.

-Se debe proteger la lengua propia de cada comunidad desde el terreno educativo porque es un bien cultural y social.
Topos: cuanto menos se fomente una lengua, más valores culturales y sociales se perderán.
Topos no compartido.

-Volver a fomentar la segregación por sexos en los colegios es un retroceso y promueve las desigualdades.
Topos: cuanto más diferenciación por sexos haya, menos igualdad y avance habrá.
Topos no compartido.



Un saludo,

Belén.

domingo, 12 de mayo de 2013

La pragmática y los chistes


Twitter, la red social por excelencia de las palabras, donde una idea, un concepto, un pensamiento, has de expresarlo utilizando tan sólo 140 caracteres, es hoy en día, quizá, donde podemos recoger mejor el reflejo de nuestro lenguaje. Y a mí, no lo escondo, me encanta.

Existen tuits sobre política; existen tuits que no le interesan a nadie y que quizá a veces deberían quedarse en la intimidad; tuits sobre programas de televisión; tuits humorísticos… Y en estos últimos, quizá mi tipo favorito, me quiero centrar yo hoy.  ¿Cuántos chistes le deben toda su gracia a un simple juego de palabras? Juegos de palabras. Así les llamamos cuando nuestro análisis se queda en la superficie. Pero este cuatrimestre, en la asignatura Pragmática y Argumentación, estamos aprendiendo a ver qué hay detrás de todos los usos que le damos al lenguaje. Y eso incluye, claro, la creación de humor.

 Como decía, los tuits humorísticos son de mis favoritos, y sigo a muchos tuiteros que básicamente dedican su cuenta a ello. Un día cualquiera, me puedo encontrar tuits como estos:




Efectivamente, la pregunta que inicia este chiste sólo, literalmente, busca únicamente una respuesta que sea SÍ o NO. Y ahí está la gracia: la respuesta da más información de la estrictamente necesaria. ¿Ante qué estamos entones en esta “conversación”? Ante una confusión debido a una implicatura conversacional particularizada de CANTIDAD. 







Esta es la cuenta que lleva escandalizando a muchos y haciendo reir a otros tantos más de dos años. Hacen uso como nadie del recurso lingüístico quizá más empleado: la ironía. Que nos indica que estamos ante una implicatura conversacional particularizada de CUALIDAD: estamos diciendo algo que, literalmente, es falso.

En fin, son sólo dos ejemplos, podéis buscar muchos más. Aunque tampoco os paséis mucho de comentarlo, que ya se sabe que los chistes (chistes, de toda la vida), como los trucos de magia, pierden la gracia al ser explicados.


Hasta pronto, 

Belén.





sábado, 4 de mayo de 2013

La impuntualidad entre el centeno


Lo reconozco. La puntualidad no es lo mío. Llegar a la hora a los sitios no se encuentra en la lista de mis virtudes. No es que le tenga especial manía a la puntualidad, simplemente no nos llevamos demasiado bien.



Lo cierto es que la puntualidad es un signo de cortesía. Y no es que me esté llamando descortés, no iba a echar yo piedras sobre mi propio tejado... No, no. Sólo digo que ser puntual es una importante tradición cultural y si no que se lo digan a los ingleses y su té de las 5...

Pero, a pesar de todo esto, se me hace muy difícil llegar a los sitios a la hora. Lo intento, pero siempre ocurre algo que me hace llegar tarde. Me viene a la mente el típico consejo de madre en estas situaciones: "si te levantaras antes llegarías puntual". ERROR. Lo he probado, no funciona y, además, produce mucho sueño.

Pues bien, ante la imposibilidad de hallar una solución a mi problema, traté de buscar un buen argumento para explicar mi mala relación con la puntualidad. Pero no encontraba ninguno que fuera lo suficientemente fuerte. De repente, un día mientras leía un libro... ¡Lo encontré! He aquí el mejor argumento para defender el derecho a la impuntualidad...


En estas siete líneas, Holden Caulfield, el protagonista de El guardián entre el centeno (J. D. Salinger) consigue encontrar ese argumento clave.

En primer lugar, aunque la chica a la que esperaba llega tarde, le dice que no. Es decir, realiza un acto de cortesía positiva, ya que disminuye lo negativo del otro. Aunque la chica ha llegado tarde, Holden le dice que no. Su respuesta habría sido algo así:
-        ¿Llego tarde?
-        ¡Qué va! Sólo he esperado unos minutitos, pero no pasa nada, con el tráfico que hay es normal que te haya costado llegar...

La chica sí llegaba tarde, pero para qué disgustarla diciéndole que era cierto... La cortesía ante todo.

En segundo lugar, el protagonista utiliza muy bien los conectores argumentativos. Primero emplea aunque, conector que da menos fuera a su argumentación, y justo después utiliza pero, que da más fuerza porque anula lo anterior. "Pero no me importaba", esto anula el contraargumento anterior: ha llegado tarde, pero no me importa. Perfecto.

En tercer lugar, utiliza un ejemplo: los chistes del Saturday Evening Post y dice que "son tonterías", pero no se queda ahí. Su argumento final es el mejor: utiliza una oración condicional para, posteriormente, lanzar una pregunta retórica. Esta pregunta retórica es una buena estrategia en la argumentación y da fuerza, por eso la deja para el final. Para terminar, emplea un último argumento para mostrar que, aunque la chica ha llegado tarde, la espera ha merecido la pena.

Y así concluye esa argumentación que tanto me costó encontrar para "justificar" la impuntualidad o la falta de puntualidad, que suena como menos grave. En definitiva, la conclusión es que si esperas a alguien a quien quieres, ¿qué más da la hora? ¡Lo importante es que llegue!


Ariadna Cañaveras

PD: este comentario podría dañar la sensibilidad de las personas puntuales. En ese caso, es mejor tomárselo con humor...



miércoles, 17 de abril de 2013

Cómo hablar con ambigüedad para no acabar con tus relaciones sociales


Nos gustaría volver a reflexionar sobre una idea vista en clase: que con el castellano no podemos ser demasiado directos.
Y es que, queridos, no nos conviene decir todo  lo que pensamos. Os plateamos un ejemplo de la vida diaria…
-          ¿Te apuntas a tomar un café?
-          Mmm…¡tengo examen mañana!
-          Ok, sin problema, lo dejamos para otro día. ¡Nos vemos!

Pensad qué ocurriría en un universo donde fuésemos estrictamente literales:

-          ¿Te vienes a tomar un café?
-          NO.
-          ¿Pero qué te pasa?
-          No me pasa absolutamente nada.
-          ¿Y conmigo tampoco?¿Qué es eso que no quieres venir a tomar un café?
-          Calculo que me falta tiempo. No debo ir.
-          Chico estás más raro… ¿hablas del fin del mundo?¿por qué no puedes venir?
-          Porque tengo examen mañana.
-          Ahh podías haberlo dicho antes y ni te lo habría propuesto. ¡Nos vemos mañana pues!
-          No.
-          ¡Qué borde! Pues cuando sea…
-          Correcto.


Nos ponemos en esta situación y vemos totalmente sensato responder a nuestro amigo con la justificación “tengo mañana examen”. Lo preferimos antes que decirle un rotundo NO, que con ahorro de palabras, va  a resumir lo que va a pasar.
Nuestro enrevesado castellano juega con la capacidad que tenemos para crear situaciones o mejor, para librarnos de algunas que nos resultan incómodas. En este caso, ¿estaría justificada la mentira piadosa? Creemos que sí.
Si tus amigos quedan a cenar, pero escondes una pasión secreta que te empuja cada viernes noche a tragarte la saga Crepúsculo o maratones de películas chorronas al estilo “El diario de Noa”, no debes desentrañar tu secreto. Lo habitual es poner una excusa inteligente y nada sospechosa que no inquiete a tus amigos. Porque les quieres mucho…pero precisamente el viernes por la noche prefieres llorar a moco tendido con melodramas made in Hollywood Pie.
Esta reflexión nos lleva a discutir sobre la ironía y otras muestras de inteligencia. ¡Pero eso vendrá próximamente!

Adriana.

PD: Les dejo con Sabina, el rey de la palabra ambigua y hermosa:

“Le dibujaba un mundo real no una color de rosa,
pero ella prefería escuchar mentiras piadosas”.



Cuando le dije que la pasión por definición no puede durar 
¿como iba yo a saber que ella se iba a echar a llorar?. 
No seas absurdo, me regañó, esa explicación nadie te la pidió 
así que guardatela, me pone enferma tanta sinceridad. 

Y así fue como aprendí que en historias de dos conviene a veces mentir 
que ciertos engaños son narcóticos contra el mal de amor. 

Yo le quería decir que el azar se parece al deseo 
que un beso es sólo un asalto y la cama es un ring de boxeo, 
que las caricias que mojan la piel y la sangre amotinan 
se marchitan cuando las toca la sucia rutina. 

Yo le quería decir la verdad por amarga que fuera 
contarle que el universo era más ancho que sus caderas. 
Le dibujaba un mundo real no uno color de rosa, 
pero ella prefería escuchar mentiras piadosas. 

Y las caricias que mojan la piel y la sangre amotinan 
se marchitan cuando las toca la sucia rutina. 

Y cuando por la quinta cerveza le hablé de esa chica 
que me hizo perder la cabeza estalló, 
vas a callarte de una vez por favor. 

Y así fue como aprendí que en historias de dos conviene a veces mentir 
que ciertos engaños son narcóticos contra el mal de amor. 

Yo le quería decir que el azar se parece al deseo 
que un beso es sólo un asalto y la cama es un ring de boxeo, 
que las caricias que mojan la piel y la sangre amotinan 
se marchitan cuando las toca la sucia rutina. 

Yo le quería decir la verdad por amarga que fuera 
contarle que el universo era más ancho que sus caderas. 
Le dibujaba un mundo real no una color de rosa, 
pero ella prefería escuchar mentiras piadosas.





martes, 16 de abril de 2013

Te quiero, pero...

La semana pasada, en una de nuestras clases semanales de Pragmática (de ahí nuestro humilde blog, al que hemos abandonado como perrillo en gasolinera y por lo que pedimos disculpas encarecidamente) estábamos hablando de cómo hacer una buena argumentación. Ahí es nada. Y es que para nosotras, periodistas a media carrera, saber argumentar como Dios manda (guiñito a Rajoy, que ha empleado esta expresión hasta hacer que se convierta en un chascarrillo popular) es esencial. Y, para qué nos vamos a engañar, saber argumentar estupendamente puede hacerte ganar cualquier discusión de tu vida diaria... y menuda satisfacción esa, oigan. 

Pues bien, en esa clase teórica sobre la argumentación, comentamos la fuerza de la conjunción adversativa PERO. Obviando lo útil que nos era esta conjunción para identificar las oraciones coordinadas adversativas cuando estábamos en bachillerato (dos años ya, qué rápido pasa el tiempo, queridos lectores) comentamos que la palabra PERO anula TODO lo que se haya dicho anteriormente en esa frase. Ya te pueden decir que eres la más simpática del mundo mundial que si detrás va un PERO tus esperanzas de conquistar a ese guapérrimo mozo se van al garete. 

Ahí quería llegar yo. ¿Cuántas escenas de películas/series emplean esta palabra para decir, en términos menos delicados, "paso de ti"? La película El secreto de sus ojos recoge este pensamiento así: 
Hay hasta una web serie con el título "Te quiero, pero" que podéis ver aquí. Todo esto, por no hablar de la ya mítica canción "Pero te quiero", que nos cuenta la historia de una chica poco agraciada (clásico eufemismo de fea) a la que un chico canta su amor guitarrita en mano y perlas sobre su físico en la letra de esta obra maestra de la música. Si queréis recordar esta hazaña musical, aquí tenéis el link.

Y como lo nuestro es el mundo de la prensa, analicemos algunos ejemplos recientes del uso de PERO. 
- Tocados PERO no hundidos.
Este titular corresponde a una noticia del diario deportivo Marca que podéis leer aquí. La noticia habla de nuestro pobre Real Zaragoza, que ya se ve de nuevo en el abismo del descenso, PERO aún hay salvación. Manolo Jiménez, porfa, si nos estás leyendo, recibe todo el apoyo de las chicas de Apalabradas. 

- Isabel Pantoja, condenada a 24 meses de prisión  pero se libra de la cárcel. 
Esta mañana nos hemos levantado con la noticia de que la Pantoja -símbolo cañí donde los haya- era condenada a dos años de cárcel por el caso de corrupción en Marbella PERO acto seguido conocíamos que la cantante que relanzó las ventas de vestidos de faralaes no irá a la cárcel. Dientes, dientes... Podéis leer la noticia completa aquí.

- Obama dice que no saben quién causó explosiones en Boston pero lo descubrirán. 
Ayer se produjo este terrible suceso en Boston, y el presidente de los Estados Unidos ha lanzado este mensaje para tranquilizar a la población. En casos como este, esa es la función del PERO: transmitir tranquilidad en un momento demasiado difícil como para que una conjunción pueda hacer algo.  Este titular aparece en esta noticia de La Vanguardia

Si habéis conseguido leer hasta aquí sin dormiros, felicidades, sois la clase de lectores que estamos buscando. Por eso, y porque me encanta Mr Wonderful, os dejo una de sus ilustraciones. Porque un PERO también puede ser bonito. 


sábado, 2 de marzo de 2013

¡Apalábrense!


¡Hola de nuevo! Desde Apalabradas nos gustaría recomendarles lecturas que les ayudarán a conocer un poco más nuestra fascinante lengua.
Esta semana empezaremos con un libro salpicado de humor, “El castellano es un idioma loable, lo hable quien lo hable”.  Su autor es el gamberro humorista Luis Piedrahita, a quien todos conocemos por su colaboración en El Hormiguero y por sus tronchantes monólogos en el Club de la Comedia.

Para escribirlo, Piedrahita ha buscado las cien mejores aberraciones del castellano que están escritas en las etiquetas de productos. Su sección en el Hormiguero llamada,  ´La letra pequeña,  salta ahora de la pantalla a las páginas de este libro. “Se trata de una obra tan divertida como absurda” dice Piedrahita. Todo lo que se encuentra en ella es auténtico: los manuales de instrucciones, los folletos publicitarios, las listas de ingredientes… Cada uno de estos hallazgos procede de ese lugar tan poco céntrico y mal comunicado que se llama realidad.
El humorista ha contado cómo empezó esta disparatada idea. Un día le llamó la atención un bote de vaselina para los labios de la marca Carmex, que señalaba: "Contiene esperma de ballena". A partir de ahí, una búsqueda constante de textos surrealistas en etiquetas y prospectos, que en realidad conforman "un mundo que se escapa cada día".
Un libro algo excéntrico y un autor observador al que su compañero Pablo Motos ha apodado como “el rey de las cosas pequeñas”. Piedrahita gusta por su originalidad y por ese pecualiar “gafapastismo” intelectual.
Como ven, no nos cansamos de buscar los entresijos de nuestro idioma aunque sea en lo más absurdo.

Pasen y lean.

Adriana.

“La realidad es excéntrica y hay que quererla así, con sus pequeñas aberraciones”.



martes, 26 de febrero de 2013

Eufemismos en política


En los últimos días he encontrado, en esa gran fuente de información de nuestro tiempo que es Twitter, dos noticias muy parecidas entre sí que me han llamado mucho la atención. Eran las siguientes:

“El gobierno cambiará el término ‘imputado’ para intentar frenar el desgaste judicial del PP”


“La PAH contesta a la prohibición de Cospedal de usar la palabra ‘desahucio’”


En la primera noticia se habla de la intención del Ministro de Justicia, Alberto Ruiz Gallardón, de modificar la ley para que el término “imputado” se sustituya por “encausado” o “investigado”. Según se explica en la noticia, Gallardón considera que, dado los múltiples casos de corrupción relacionados con el Partido Popular en los últimos meses, este término se ha convertido casi en un lastre para ellos, incluso condenando al fracaso algunas carreras políticas. Esta palabra (según la RAE: Dicho de una persona: contra quien se dirige un proceso penal) ha sido utilizada en otras ocasiones por el Partido Popular como arma arrojadiza contra la oposición, dicho sea de paso.

En la segunda noticia se habla de la orden de la Consejería de Vivienda de Castilla la Mancha de omitir la palabra “desahucio” en las informaciones que se hacen llegar a las familias inmersas en este proceso. Se habla de la necesidad de sustituir el término “desahucio” por otros, según la Junta, “menos contundentes”, como “desalojo”, “alzamiento” o “pérdida o privación de su vivienda”. Desde la Plataforma de Afectados por la Hipoteca se ha respondido a la Junta que “prohibir el uso de una palabra no elimina la realidad”.

En política todo esto no es nuevo. Tácticas como el evitar según qué términos, o simplemente el uso de una palabra  o de otra según sus connotaciones, las vemos prácticamente a diario en las noticias. La lista de eufemismos es interminable: todos recordamos aquella “desaceleración” de Rodríguez Zapatero que más tarde se convirtió en la crisis en la que estamos inmersos; todos podemos reconocer en los “ajustes” y “reformas” de los que nos habla el actual gobierno los recortes que estamos sufriendo; y todos sabemos (o deberíamos saber) que "externalizar" no significa otra cosa más que privatizar. Sin embargo, estas dos medidas quizá son, nunca mejor dicho, palabras mayores. Ya no se trata de usar en un discurso una palabra por otra: estamos hablando de eliminar, de prohibir el uso (en el contexto al que se refiere) de ciertas palabras que resultan incómodas. De implantar por obligación en la sociedad otros términos, con otras connotaciones. ¿Cabe eso en un Estado que presume de libertad de expresión? ¿Desaparece el “crimen”, o el desahucio, si se le llama “privación de la vivienda”? No desaparece, desde luego, pero quizá se mira con otros ojos. Quizá alguien encuentre otros argumentos para defender el mismo hecho gracias a una nueva definición. ¿Realmente funcionan estas tácticas? Me atrevo a decir que sí. Y quienes las planean lo saben. Si (ejemplo) Iñaki Urdangarín dejara de estar “imputado” en la trama Nóos, y pasara a estar “investigado”, en todos los telediarios, en todos los periódicos y radios, durante todos los días… Al final, para la mente colectiva, acabaría siendo, efectivamente, una persona “investigada”. Con todas las connotaciones positivas que esto acarrea (la palabra nos sugiere alguien en quien se ha puesto el punto de mira para conseguir resolver un caso, puede ser culpable o inocente: sólo forma parte de la investigación. De la RAE: investigar: 1. Hacer diligencias para descubrir algo).

 Sirva este artículo para denunciar la manipulación política a la que se somete a la gente a través del lenguaje, mediante acciones que a priori pueden parecer inocentes, como la sustitución de un término por otro “casi sinónimo”. De no tener el lenguaje tanto poder, ningún ministro perdería el tiempo en modificar leyes, ni ninguna Consejería en mandar cartas, a causa de “una simple palabra”.


Un saludo,
Belén



RAE:
Desahuciar
1.       Tr. Quitar a alguien toda esperanza de conseguir lo que desea.
2.       Tr. Dicho de un médico: Admitir que un enfermo no tiene posibilidad de curación.
3.       Tr. Dicho de un dueño o de un arrendador: despedir al inquilino o arrendatario mediante una acción legal.